Ya
hemos visto, la dureza del agua, los nutrientes y un sistema para
calcular los consumos de nutrientes en las plantas, el CO2 y la luz; ahora vamos a
ponerlo en práctica todo. Simularemos un acuario desde el comienzo
del plantado e iremos viendo como se va aplicando todo lo visto
anteriormente.
Supongamos
que el inicio de la plantación es ahora, independientemente de si el
acuario está o no ciclado y del método seguido para ello ya que
para esto es independiente salvando alguna excepción que indicaré.
Preparemos
lo que necesitamos:
Un
conductímetro o un medidor de TDS.
Un
Drop Check para medir la concentración de CO2 en la columan de agua.
Los
siguientes test: dureza total (GH), dureza temporal (KH), PH,
nitritos (NO2), nitratos (NO3), amoníaco/amonio (NH3/NH4+), fosfatos
(PO4) y hierro (Fe). Quizás haya más test para ver más valores del
agua que tenemos en el acuario pero para nuestro objetivo no nos
harán falta.
Lo
primero es preparar el agua que vamos a utilizar en nuestro acuario
según lo visto en el punto “9.1 Controlando la dureza del agua.
Preparando el agua” y para ello debemos elegir los valores que
vamos a usar, yo prefiero usar agua blandas y ácidas, para lo que
utilizo los siguientes valores aproximadamente En cuestión de
durezas procuro tener agua con KH entre 1º y 3º y en cuestión de
dureza total un GH de entre 4º y 6º. El total de sólidos disueltos
(TDS) debido a la fauna que mantengo está fijado alrededor de 120ppm
y el PH en torno a 7 que en el acuario suele bajar a 6,5. Podeis usar
valores de TDS de hasta 200ppm quizás más puede ser innecesario y
contraproducente aunque he mantenido acuarios con cerca de 300ppm y
no el acuario estaba sano, no digo que no se pueda, simplemente que
encuentro mejor el equilibrio en niveles bajos, es decir con pocas
sales en la columna de agua.
Una
vez que tenemos el agua y llenamos el acuario, debemos anotar los
valores de esta para que cuando hagamos cambios estos sean con el
agua con los mismos valores que hemos iniciado el acuario y a ser
posible con la misma temperatura, o al menos que difiera de más de
uno o dos grados centígrados para que nuestra flora y fauna no
sufra.
Además
también debemos de ajustar la luz y el CO2. Inicialmente debemos
mantener un período de luz no superior a 5 ó 6 horas que iremos
ampliando a medida que las plantas están establecidas hasta llegar a
un fotoperíodo de entre 9 y 12 horas procurando que este aumento sea
progresivo y no de de una forma brusca.
De
igual manera deberemos ajustar el tiempo y la cantidad de CO2 a
suministrar. Lo ideal es empezar la adición de CO2 una hora antes de
que comience el foroperíodo para asegurarnos una buena concentración
de CO2 en el momento de encenderse las luces ya que las plantas
necesitan del CO2 para comenzar la actividad fotosintética y empezar
a consumir nutrientes y lo cortaremos una hora antes de que finalice
el fotoperíodo ya que con el CO2 que sigue quedando en la columna de
agua es suficiente para las plantas en la hora restante y no
acumulamos CO2 que las plantas no van a usar cuando no tengan luz
para poder realizar la fotosíntesis. En cuanto a la cantidad de CO2
a suministrar nos va a venir marcada por la coloración del reactivo
del drop check como explicamos en el punto 7.
Suponemos
que ya hemos plantado el acuario entonces dejamos pasar un tiempo
para que las plantas se adapten a su nuevo medio ya que normalmente
vienen de cultivos emergidos y es un cambio bastante fuerte ya que en
la mayoría de los casos la forma de las hojas y de la planta en
general es diferente en su estado de cultivo emergido y cuando está
en cultivo sumergido. Como hemos proporcionado un sustrato nutritivo
las plantas irán tomando los nutrientes del sustrato. Con lo que
esperaremos a que las plantas estén adaptadas a su nuevo medio. Este
tiempo dependerá de diversos factores tales como la naturaleza de
cada planta, el estado en el que estuviera la planta antes de
plantarla en nuestro acuario ya que no tiene la misma fuerza y
capacidad de adaptación una planta fuerte que una que esté
debilitada, también dependerá de la cantidad y calidad de luz que
le proporcionemos y de la calidad del agua para lo que mantendremos
una buena tasa de renovación de agua evitando de esta manera la
aparición de algas.
Vamos
a detenernos un poco en este punto, la calidad del agua en esta fase.
Es
importante que siempre mantengamos una buena calidad de agua, pero en
esta fase deberíamos de poner un poco más de atención para evitar
la aparición de algas ya que no debemos dejar que se acumulen iones
de nitrato, fosfatos, nitritos y amonio ya que esto provocará una
aparición de algas y nuestras plantas aún no están en situación
de “luchar” contra ellas. Debemos mantener los niveles de
nitratos y fosfatos lo más bajos posible, por eso os recomiendo que
madureis el acuario sin plantas, ya que de esta manera ya no tenemos
que preocuparnos por los nitritos, ni el amonio ni el nitrato. Para
controlar que estos iones estén en cantidades ínfimas la solución
es el cambio de agua ya sea de forma continua o bien con cambios
parciales; si optamos por los cambios parciales estos deben de ser en
porcentajes bajos, entre 15% y 25% del volumen real de agua cada dos
días o incluso si la concentración es elevada podemos hacerlos a
diario.
Siguiendo
con la estabilización de nuestras plantas, sabremos que éstas están
listas cuando veamos que ya han cambiado totalmente su forma y
hayamos notado un aumento en la tasa de crecimiento. Como hemos
venido controlando los valores de los iones nitrato y fosfato (los de
amoníaco/amonio no deberían estar presentes pero no está demás
verificarlo) sabemos en niveles están, con lo que llegado este
momento debemos empezar nuestra rutina de abonado. El proceso es el
descrito en el punto 9.5 “Abonado según consumos”.
Pero
¿Cómo comienzo? ¿Cómo se lo que van a consumir las plantas en
este estado? A medida que avancen en el tiempo ¿consumirán más o
menos? todo esto es lo que vamos a ver a partir de aquí.
¿Cómo
comenzar con el abonado?
Sencillo,
teniendo en cuenta que cualquier cambio que hagamos no se verá
reflejado hasta pasadas varias semanas, así que no debemos hacer
cambios bruscos y tomar conjeturas anticipadas. Por lo que una buena
manera de empezar es partir de los niveles de nitratos (NO3),
fosfatos (PO4) estén 0mg/l y 0mg/l de hierro (Fe) y lo que hacemos
es suministrar nitratos y fosfatos con nitrato potásico (KNO3),
fosfato monopotásico (KH2PO4), sulfato potasico (K2SO4) y hierro
quelatado (FeSO4 + EDTA) de manera que en nuestro acuario el aumento
sea mínimo, para lo que podemos optar incrementar estos valores en
1mg/l de nitratos, 0,1mg/l de fosfatos, 1,3mg/l de potasio y
0,025mg/l de hierro; esto ya vimos como hacerlo en el punto 9.5.
Estas
cantidades las aditamos durante una semana o simplemente un número
determinado de días pero no durante mucho más de una semana para
tener margen de corrección si hubiera un error. Si el cambio de agua
que hacemos es parcial y semanal, debemos tomar notas de las
mediciones de nitratos, fosfatos y hierro antes del cambio de agua y
si por el contrario los cambios son parciales y diarios o continuos
nos despreocupamos de este hecho.
Pasada
la semana medimos las concentraciones de nitratos, fosfatos y hierro
en la columna de agua y analizamos lo que ha ocurrido; Supongamos que
las mediciones nos dan 0mg/l de nitratos, 0mg/l de fosfatos y 0mg/l
de hierro, entonces sabemos que nuestra pauta marcha bien, es posible
que nuestras plantas tengan una demanda mayor de nutrientes pero lo
que si sabemos es que no les sobra y de esta manera no quedan
nutrientes disponibles para ser robados por las algas. Aquí podemos
mantener la rutina durante unas semanas más o bien ir directamente a
averiguar lo que realmente consumen nuestras plantas aumentando la
concentración de nutrientes en la columna de agua; no os recomiendo
que hagais cambios bruscos en la rutina, por ejemplo si estamos
aditando 1mg/l de nitratos podemos probar otra semana aumentando a
1,5mg/l de nitratos y la parte proporcional a los demás nutrientes.
Pasada la nueva semana volvemos a medir y analizamos lo ocurrido en
base a los valores obtenidos. Como ejemplo voy a poner las 3 posibles
situaciones que podemos encontrarnos:
Primera
situación: los valores medidos respectivamente de nitratos,
fosfatos y hierro 0mg/l, 0mg/l y 0mg/l. Quiere decir que nuestras
plantas han seguido consumiendo todo lo que le hemos aditado y
podemos incrementar la concentración de nutrientes en la columna de
agua siempre que lo hagamos en pequeñas cantidades, por ejemplo si
antes aditamos 1,5mg/l de nitratos y la parte proporcional del resto
de nutrientes ahora podemos aumentar a 2mg/l y la parte propocional
al resto de nutrientes. No obstante yo prefiero aguantar más de una
semana la misma rutina de abonado antes de volver a aumentar las
concentraciones de nutrientes, como bien he comentado anteriormente
las prisas no son buenas en esta afición.
Segunda
situación: los valores medidos respectivamente de nitratos,
fosfatos y hierro 1mg/l, 0mg/l y 0mg/l, esto nos dice que ha sobrado
nitratos que las plantas no han necesitado y por el contrario las
plantas han consumido todo los fosfatos y el hierro, con lo que
tenemos dos opciones o bien aditar un poco menos de nitratos y que
además podemos calcular exactamente lo que se ha consumido según
vimos en el apartado 9.5 o bien aditar un poco más de fosfatos y de
hierro y esperar otra semana y analizar según los nuevos valores
obtenidos. En este caso aumentaríamos muy poco la concentración de
fosfatos, por ejemplo 0,1mg/l más y la parte proporcional de
hierro.
Tercera
situación: los valores medidos respectivamente de nitratos,
fosfatos y hierro 3mg/l, 1mg/l y 0,03mg/l, con esto vemos que las
plantas aún no demandan todo lo que nosotros le aditamos, con lo
que lo prudente sería rectificar la rutina de abonado a la
inmediatamente anterior que si nos iba bien después de hacer un
buen cambio de agua para no dejar reservas de nutrientes. Pero
además debemos analizar todo lo ocurrido ya que si hemos estado
aditando por ejemplo durante una semana 0,12mg/l de fosfatos, al
cabo de la semana si no se hubiera consumido nada tendríamos
0,84mg/l de fosfatos y tenemos más con lo que debemos suponer que
en el acuario se están generando fosfatos y esto debemos de
corregirlo. Además tanto de los nitratos como del hierro podemos
sacar el consumo según vimos en el punto anterior.
Con
estos pasos podemos calcular siempre los consumos de nuestros
acuarios, pero claro no podemos estar midiendo constantemente lo
valores de nitratos, fosfatos y hierro, es cierto, yo en la práctica
lo que hago es establecer tres fases en la duración del acuario para
el abonado. Estas fases las establezco en base al criterio de
establecimiendo vegetal en el acuario; dichas fases son: en la
primera parte el acuario tiene una masa vegetal pequeña que iremos
corrigiendo a base de podar y replantar y esperando a que muchas
plantas como las llamadas tapizantes se extiendan, en esta fase la
demanda nutricional es menor. En la segunda fase el acuario está
más establecido y tiene una masa vegetal algo mayor, ya no es
necesario replantar en las podas con lo la demanda de nutrientes es
mayor y demos aditar más nutrientes. En la tercera fase el acuario
ya está totalmente establecido y la masa vegetal es muy grande y
además las plantas están muy fuertes y demandan más nutrientes.
Siempre los consumos se van calculando y cuando veo que se ha
estabilizado dejo de medir y mantengo la rutina de abonado que ha
quedado estabilizada hasta que observe alguna anomalía en el
crecimiento de las plantas, en su aspecto o en la aparición de algún
alga, pero siempre al mínimo indicio de anomalía y no esperando a
que dicha anomalía se convierta en un problema.
Como
habeis supuesto prefiero dejar los nutrientes en valores
insignificantes y cercanos a 0mg/l ya que es la manera en la que he
observado que el problema de algas disminuye considerablemente.
El
fotoperíodo suelo comenzarlo en 6 horas que mantengo durante la
primera fase de l acuario, la adapación vegetal al nuevo estado y al
principio de la segunda fase lo voy subiendo a razón de una hora
semanal hasta alcanzar las 8 horas y al comienzo de la tercera fase
lo voy aumentando a razón de una hora semanal hasta alcanzar el
fotoperíodo deseado que normalmente establezco entre 10 y 11 horas.
Cabe mencionar que a medida que vamos aumentando el fotoperíodo el
tiempo de la actividad vegetal es mayor y por tanto el consumo de
nutrientes también es mayor.
En
definitiva a mayor masa vegetal y mayor tiempo de actividad
fotosintética la demanda de nutrietnes es mayor.
Cabe
mencionar que una vez llevado este proceso a la práctica es más
sencillo y se convierte en algo rutinario.